Por sorpresa: sin avisar y en un día nada habitual Apple ha presentado una renovación del iPod shuffle, la tercera generación de este reproductor. Y como en todos los ámbitos, parece que las modas vuelven, pues tras el cambio de diseño en la segunda generación del reproductor, ahora vuelve a modificarse acercándose ligeramente al original.
De hecho, recuerda mucho al iPod nano, más pequeño, sin pantalla y sin teclas de control. ¿Sin teclas de control? Efectivamente, el nuevo iPod shuffle solo incluye una tecla de encendido y apagado (que también controla el modo aleatorio), además del conector para auriculares de 3.5 milímetros y la pinza trasera con la que podremos sujetarlo a la ropa.
Y, ¿cómo demonios lo controlamos? Pues con el mando integrado en el cable de los auriculares, que aunque parece muy sencillo incorpora todas las funciones que ofrecía el modelo anterior y algunas más. Las más directas son las de subir y bajar el volumen, mientras que el resto se controla con el botón central de este mando.
Una pulsación nos permite empezar o pausar la reproducción. Dos pulsaciones avanzan a la siguiente canción, tres pulsaciones retroceden a la anterior, mientras que si mantenemos pulsado hasta que suene un tono iremos a seleccionar una lista de reproducción.
Parece extraño que se implementen listas de reproducción en un dispositivo sin pantalla, pero el iPod shuffle dispone de un nuevo método de ofrecernos los datos: a través de la voz. Es capaz de leernos el título de cada una de las listas de reproducción para que sepamos cual estamos seleccionado en cada momento.
No es el único sitio donde aprovecha la funcionalidad del habla. ¿Queremos conocer cuál es la canción que está sonando y el artista que la interpreta? Manteniendo pulsado ligeramente el botón central el reproductor nos lo dirá, bajando ligeramente el volumen de la música para que lo oigamos sin problemas.